Conclusiones del III Congreso Misionero Diocesano

Bajo el amparo maternal de Nuestra Señora de Cocharcas, del 14 al 17 de octubre, vivimos el Tercer Congreso Misionero Diocesano, participando del mismo alrededor de 1400 congresistas llegados de las cuatro provincias de Apurímac.

Con sencillez de corazón, oramos, celebramos y reflexionamos, tomando conciencia de que tenemos que ser santos para que el mundo crea; sentimos que la Diócesis de Abancay debe responder a la llamada universal a la santidad en la vida ordinaria como consecuencia ser verdaderos discípulos y misioneros de Jesucristo.

Esta misión debe brotar de un encuentro profundo, personal y comunitario con Cristo Resucitado, quien nos transmite un amor apasionado para restaurar el Reino de Dios en la tierra y sentir compasión por las necesidades de nuestros hermanos que sufren la pobreza espiritual y material.

Conscientes de que la Iglesia es por naturaleza misionera, y que la fe se fortalece compartiendo, entramos en una MISION PERMANENTE en todas las parroquias de la diócesis. Por ello invitamos a todas las personas de buena voluntad a compartir los frutos de ese Congreso, estableciendo en cada una de nuestras comunidades un estado permanente de misión, tal como nos invita la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano y del Caribe en Aparecida.

En el amplio marco del quehacer de la Iglesia hemos tomado las siguientes prioridades, como consta en el compromiso del Acta Misionera, elaborada por los mismos congresistas de cada parroquia:

a) Animación misionera:

•          Realizar post-congresos como efecto multiplicador del III COMDA en cada una de las parroquias.

•          Impulsar más los Encuentros con Cristo y María

•          Fomentar jornadas de reflexión para jóvenes

•          Afianzar mayor compromiso misionero en los agentes pastorales.

•          Continuar con la animación misionera a través de los medios de comunicación social.

•          Promover la difusión de escuelas de familia misionera (EFAM), juventud misionera, infancia misionera y enfermos misioneros.

•          Fomentar vocaciones misioneras en la vida sacerdotal, religiosa y laical, con una misión ad gentes.

b) Formación misionera:

•          Impulsar y crear centros de formación misionera.

•          Organizar y fortalecer la catequesis para todas las edades.

•          Crear Escuela Misionera en todas las parroquias para la formación de líderes misioneros para todas las edades.

•          Organizar y promover escuelas y cursos Bíblicos.

•          Dar mayor utilidad a la palabra de Dios con la práctica de Lectio Divina.

•          En toda acción y animación misionera priorizar la oración como fuerza indispensable de todo evangelizador.

•          Afianzar en todo discípulo la responsabilidad y anhelo de santidad centrada en la eucaristía para ser auténticos misioneros.

•          Impulsar la catequesis familiar, con un trabajo organizado y sistemático, en todas las parroquias de la Diócesis, para recuperar los valores cristianos, morales y humanos.

•          Impulsar y fortalecer en todas las parroquias la catequesis y misa con los niños .

•          Fortalecer la catequesis sacramental, priorizando la preparación del sacramento del bautismo para tener cristianos coherentes y misioneros.

c) Cooperación misionera:

•          Concientizar a todos los bautizados a colaborar en las misiones con su oración y sacrificios.

•          Fomentar mayor cooperación entre las parroquias a través del intercambio de misioneros.

•          Permanecer en constante misión permanente en las parroquias.

•          Realizar más visitas domiciliarias.

•          Utilizar los Medios de Comunicación Social con mayor creatividad.

•          Lograr mayor colaboración pastoral entre las parroquias con envió y servicio misioneros de los agentes de pastoral.

•          Lograr la colaboración entre los docentes de educación religiosa y catequistas urbano-rurales para unificar criterios pastorales.

•          Acentuar el valor de la oración y sacrificios de los enfermos misioneros.

d) Organización misionera:

•          Elaborar un plan pastoral Diocesano que promueva la gran misión Diocesana.

•          Elaborar un proyecto de Plan Pastoral general que incluya una seria formación sacramental.

•          Programar la realización de cursos de formación y animación misionera con los agentes de pastoral y laicos, brindándoles mayor formación de espiritualidad misionera, para afianzar la responsabilidad de que la fe se fortalece dándola.

•          Organizar eventos anuales que congreguen a todos los grupos apostólicos por zonas y parroquias.

•          Organizar más encuentros y jornadas de reflexión, para niños, jóvenes y adultos.

•          Organizar cursos intensivos de formación para los catequistas rurales.

•          Responsabilizar a cada grupo o movimiento acciones concretas de evangelización.

•          Potenciar la acción evangelizadora de la familia, para que todos sus miembros sean discípulos y misioneros dando testimonio de ser comunidad misionera al estilo de la sagrada familia.

•          Unificar criterios en las Oficinas de Educación Católica para garantizar la educación religiosa en los diferentes niveles de educación.

Con estos desafíos, la Diócesis de Abancay, se siente comprometida a responder a las exigencias de los tiempos modernos.

Que Nuestra Señora de Cocharcas, Misionera de la santísima Trinidad, nos acompañe en nuestro caminar por las sendas de la santidad y la misión de la Iglesia.

 

En San Pedro de Uripa-Chincheros, a los 17 días del mes de octubre de 2010.

 

+ Mons. Gilberto Gómez Gonzalez

Obispo de la Diócesis

 

La vivencia del III CONGRESO MISIONERO de la Diócesis de Abancay

El testimonio del amor es irrefutable. No necesita palabras. No lo acallan las leyes. No enmudece con la muerte: Id y evangelizad. 
En la clausura del II Congreso Misionero Diocesano de Abancay, con sede en la Parroquia de San Pedro de Andahuaylas, en octubre de 2006, se decidió la nueva sede del III COMDA, recayendo la responsabilidad organizativa a la Parroquia San Pedro de Uripa – Chincheros.

Después de una espera paciente y preparación ardua de 4 años, nuestra Mamacha Vigen de Cocharcas, Patrona de la Diócesis nos convocó, uniéndonos a todos los sacerdotes, religiosas y laicos integrantes de todos los grupos parroquiales de la Parroquia de SAN JERÓNIMO, para hacer realidad el anhelo de Dios Padre, de ver a sus hijos dispuestos a vivir, como Iglesia Diocesana, este III Congreso Misionero de la Diócesis de Abancay, que se llevó a cabo en la localidad de Uripa-Chincheros, los días 15, 16 y 17 de octubre,  con una concurrencia numerosa de los fieles desde las diferentes parroquias de la Diócesis y algunas delegaciones de Ayacucho, Lima y otras jurisdicciones del país. La programación estaba prevista para horas de la tarde del día jueves 14 de octubre, iniciando con una marcha misionera desde la localidad de Totorabamba y una vez llegado al Coliseo Municipal de Uripa la Santa Misa, presidido por Mons. Gilberto Gómez Gonzales, Obispo de la Diócesis.

Quisiera sintetizar todos los aportes de los expositores y congresistas participantes, en esta  apremiante afirmación de San Pablo, que escribe a la comunidad de Corinto “Predicar el Evangelio no es para mí ningún motivo de gloria; es más bien un deber que me incumbe: ¡ay de mí sino predicara el Evangelio!” (1 Cor 9,16); En estos tres días de reflexión, oración y recogimiento nos sentimos interpelados, confrontados y llamados, a hacer realidad este anuncio del evangelio desde nuestra identidad responsable de sacerdotes, religiosos y laicos.Por ello nuestro lema del III COMDA fue “Discípulos misioneros: ¡Seamos santos para que el mundo crea!” 

            la acogida y la atención de parte de la parroquia anfitriona fue de primera, quiero resaltar el trabajo que han venido haciendo, en estos 4 años de preparación intensa, cuyos frutos  salieron a la vista, sobre todo en el espíritu de servicio y de cristianos comprometidos en el servicio, a pesar de los percances y dificultades que debieron  sortear. Se observó una buena organización, tanto en los programas: limpieza, comida y calidad de servicio, como también en el entendimiento y trato hacia las personas. Aclarando, más que servicio lo que prestan desinteresadamente es una ayuda espiritual y acercamiento de los participantes hacia Dios, si se puede llamar de alguna manera tan noble acción que realizaron, en definitiva llevaron con  profundo amor y cariño su hermosa tarea.  

Las cosas buenas acaban rápido, en el momento que menos se pensaba, anunciaron que el congreso concluiría con la Santa Misa de clausura y efectivamente así fue.

El mensaje final de este tercer congreso misionero es tomar conciencia de que tenemos que ser santos para que el mundo crea; y que la Diócesis de Abancay debe responder a la llamada universal a la santidad en la vida ordinaria como consecuencia de ser verdaderos discípulos y misioneros de Jesucristo. Esta misión debe brotar de un encuentro profundo, personal y comunitario con Cristo Resucitado, quien nos transmite un amor apasionado para restaurar el Reino de Dios en la tierra y sentir compasión por las necesidades de nuestros hermanos que sufren la pobreza espiritual y material. Conscientes de que la Iglesia es por naturaleza misionera, y que la fe se fortalece compartiendo, entramos en una MISION PERMANENTE en todas las parroquias de la diócesis.